La clave para una oficina funcional pero hogareña es combinar el diseño con lo práctico. Si lo que queremos es sentirnos como en casa mientras trabajamos, debemos humanizar nuestro entorno laboral.
Hay muchos factores que influyen en la calidad del trabajo y en la productividad, pero sin duda sentirnos cómodos y cómodas en la oficina es un punto clave. Si el ambiente, el mobiliario y por supuesto la compañía son agradables, nos sentiremos mejor, estaremos de mejor humor y sin cansancio, y ese bienestar se repercutirá en nuestra manera de trabajar. Pasamos muchas horas al día en la oficina, por eso es fundamental que esta inspire tranquilidad y motivación, en definitiva, que en ella nos sintamos como en casa.
Iluminación
Pero, ¿Cómo decorar la oficina para lograr este efecto? El interiorismo tiene la respuesta. Lo primero de todo es tener una buena iluminación, a ser posible con luz natural. Esto hará que no forcemos la vista y dará un aire alegre al lugar, lo que será beneficioso para nuestra salud física y mental. Además, dará la impresión del que el local es más amplio de lo que es, y reducirá esa sensación de claustrofobia que a veces se percibe en algunas oficinas mal iluminadas y desordenadas. Para esto último es importante también mantener un orden, para lo que podemos armarnos de estanterías donde clasificar todo.
Mobiliario ergonómico
Por otra parte, es imprescindible tener un mobiliario adaptado y ergonómico, para que todo el mundo esté a gusto y no se provoquen pequeñas lesiones o fatigas. Una buena silla y un escritorio espacioso pueden marcar la diferencia. Y si bien el diseño y su belleza son importantes, debemos fijarnos en que combinen esa apariencia con una buena funcionalidad. Todo ello debe estar rodeado de paredes pintadas de un color claro, lo que con ayuda de una buena iluminación dará sensación de amplitud. Además, los colores claros y pastel dan calma, al contrario que los colores oscuros, los rojos o los morados, que nunca debemos elegir para nuestra oficina.
Humanización
Y si lo que queremos es sentirnos como en casa, debemos humanizar nuestro entorno laboral. Poner un sofá, alfombras, libros o pequeños juegos para amenizar los descansos… La oficina no debe ser un lugar aséptico e impersonal que recuerde a las peores consultas médicas, sino un espacio en el que trabajar a gusto durante la jornada. Si comemos allí, es importante separar espacios y tener una mesa o un pequeño espacio que haga de cocina o comedor
Por otra parte, todo lo que coloquemos debe estar en armonía. Ir comprando muebles sin orden ni planificación es un grave error que perjudicará el diseño. Por eso es necesario programar y planificar cómo queremos que sea la estancia, apoyándonos si es necesario en profesionales del diseño de interiores.
Por último, no debemos tener miedo de arriesgar con algún accesorio, cuadro, lámina, etc. El arte aportará originalidad a nuestra oficina y nos hará sentir bien. En resumen, la clave para una oficina funcional pero hogareña es combinar el diseño con lo práctico, persiguiendo siempre el bienestar de los trabajadores y trabajadoras que pasarán allí varias horas al día.