Casarse en un entorno así, rodeados de enormes pinos tiene que ser como estar en un cuento de hadas… Como el entorno es TAN bonito, especial y mágico, apenas se necesita decoración. El camino hacia el altar lo marca el espacio que hay entre pinos, así que con colocar unas pocas flores en los troncos es más que suficiente. Como altar, unos trozos de tela cortado a tiras en tonos pastel queda precioso.
Me encanta también la forma en la que están dispuestos los asientos, de una manera muy natural. La guirlanda de flores blancas entre árboles es muy bonita, también. Si el convite se celebra allí mismo, atentos y atentas a los maravillosos detalles que se pueden colocar, todos ellos relacionados con la naturaleza: pierdas, tronquitos de madera, ramas de árboles… Simplemente maravilloso.